Venganza.
Condujeron alrededor de una hora, para los tres intentos de alfa el camino se hacía cada vez más tortuoso, cada minuto se alejaban más de la civilización o al menos eso pensaban ellos; les habían cubierto los ojos con bolsas de tela oscura que les impedía visualizar el exterior, Kwan comenzó a mover impacientemente su pie mientras sus manos jugueteaban entre ellas con nerviosismo, Rowoon trataba de estar un poco más tranquilo pero fallaba en el intento, sus dedos que rascaban la piel de sus brazos lo delataban, no sabían que Jungkook sonreía satisfecho al percibir el aroma de miedo que comenzaban a desprender, tenía todo planeado, aquellos chicos pagarían muy caro haber tocado a su más valioso tesoro.
Para Siwon la situación no era mejor, estaba en un vehículo con dos alfas y un beta que lo amedrentaban demasiado, soltaba su miedo que agriaba su aroma, tenía terror de lo que le fueran hacer, no veía nada pero escuchaba los murmullos de los tres tipos a su alrededor, sabía que el que viajaba a su lado era el beta rubio pero aún así la presencia se sentía imponente, hundiendo el asiento y tarareando en respuesta a lo que los otros dos decían.
—Le dije a Jungkook que no puede hacerles eso, la policía va a encontrarnos —dijo uno de ellos en respuesta a una oración que no logró escuchar con claridad.
—Eso no importa, Taehyung —dijo el hombre a su lado con voz molesta—, ellos usaron su voz con Minnie, tienen que pagar.
—Pero no creo el poder de Jungkook nos salve de eso —volvió a hablar y Siwon temía cada vez más a eso que no sabía que les harían pero sonaba demasiado malo, su aroma salía más aterrorizado que antes y sus manos temblaban al escuchar al alfa—. Prefiero matarlos, así nadie sabría nada, pero si los encuentran vivos será mucho peor para nosotros —sin saberlo el chico estaba cayendo en la trampa, demasiado asustado por las palabras de los demás, dejándose llevar por el pánico que daba inicio a su tortura.
—Amor, no va a pasar nada, sabes que él sería el dueño de todo Seúl si así lo quisiera, estaremos bien, estas escorias no merecen un castigo menor a ese —las piernas del alfa menor temblaban de pánico, las ideas volaban por su mente y su corazón quería dejar su caja torácica por la arritmia que las palabras le causaban.
El auto al igual que el que iba detrás, se detuvo, Yoongi y la pareja de alfas bajaron para encontrarse con Jungkook y Zico, los tres acosadores se quedaron encerrados en los vehículos al igual que en sus mentes, divagando sobre las opciones que tenían para librarse del castigo que les esperaba.
—El tipo se está cagando del miedo —dice Taehyung con burla en la voz una vez que tuvo a Jeon frente a él—, deberías verlo, su aroma es tan temeroso.
—Se lo merece —dijo Hoseok tomando la mano de Taehyung y acariciando sus nudillos, el castaño hace eso como un gesto de tranquilidad, más para sí mismo, para calmarse él y a su lobo que está furioso, pero debe mantener la calma porque seguramente Jungkook se encuentra mucho peor que cualquiera. Si alguien dañara a Taehyung de alguna forma, quería destruirlos, no se imagina cómo alguien de casta pura se ha podido controlar de tal manera, sin duda alguna, admira mucho a Jungkook y su autocontrol.
—Los tenemos justo donde los queremos, los otros dos también están aterrados —Zico miró a su jefe y alzó una ceja—. ¿Qué quieres que hagamos?
—Hacerlos sufrir, ¿qué más? —dice con simpleza, su lobo rugía por destrozar a esos tres chicos pero su raciocinio tenía mejores planes—. Los llevaremos a la bodega y seguiremos con lo dicho, hacerlos llorar sin siquiera golpearlos y luego un poco de sangre y dolor físico.
—Nunca pensé que tuvieras una mente tan macabra, siempre eres tan dulce con Jimin —Yoongi señaló con burla y palmeó su hombro—. Nadie pensaría que hay maldad en ti, Jeon —el alfa puro rió un poco por su comentario.
—No es maldad, es inteligencia —interfirió Hoseok.
—Sea lo que sea, sé que esos chicos van a llorar —el beta rubio se encogió de hombros—. Ahora pongámonos en marcha porque se hace tarde.
Volvieron a sus respectivos coches, y retomaron la carretera para dirigirse a una construcción gris que parecería tenebrosa por su tamaño y desolación, si Jungkook no les hubiera explicado que se trata de un edificio abandonado que su familia recién adquirió y derribarán para construir un nuevo edificio de oficinas para la empresa, está asqueroso y descuidado pero por el momento es completamente funcional para los planes que el alfa tiene.
Los autos estacionan en el camino de terrecería sin cuidado alguno, los ruidos de motor se silenciaron luego de sentir el freno de los vehículos. De nuevo los jóvenes y abusadores alfas temblaban en sus lugares, las puertas fueron abiertas y el aire frío pegaba directo en sus cuerpos, aún no veían nada pero el temor a lo desconocido era aún peor que saber su destino.
—Abajo —sentenció el alfa puro, Kwan y Rowoon tuvieron que obedecer mientras Hoseok tironeaba de Siwon para sacarlo de su ensimismamiento.
—Por favor —lloriqueaba él—, les juro que no volveré a molestar a Jimin, déjenme ir —Jungkook sonrió porque podría apostar que el pobre Siwon estaba llorando a mares bajo la bolsa de tela—. ¡Se los juro, lo siento, lo siento muchísimo!
—Esas disculpas debiste ofrecerlas a mi omega cuando tuviste oportunidad, ahora es tarde así que no pierdas tu tiempo —escupió con enojo, ¿por qué esos inútiles debían esperar a que un alfa interviniera para saber comportarse? Deben respetar por igual pero prefieren hacerlo a la mala.
—No nos hagan nada, lo suplicamos de rodillas si eso quieren pero por favor —Rowoon imploraba con la voz rota, Jungkook disfrutaba enormemente verlo en ese estado, su omega le habló de la cantidad de veces que ese chico lo molestó, la cantidad de veces que trató de humillarlo y amedrentarlo. El rizado lo tomó por el cuello y lo apretó sin demasiada fuerza, gozando cuando el chico tembló ante el repentino ataque, seguía sin ver nada pero podía sentir el aroma a tabaco con la ira desbordando.
Jeon pudo sentir la saliva de Rowoon deslizarse por su garganta con fuerza y pavor, su alfa estaba más que orgulloso por provocar su temor, debía ser temido y respetado, nunca había sentido eso antes pero al lobo le indica que esos tres chicos deben temerle, debe hacerlos sufrir con su simple presencia por todo el daño que le provocaron a su delicado chico.
—Cállate —comandó con voz alfa—, eres el más idiota de este mundo al creer que tus lloriqueos servirán de algo —lo tiró de bruces contra el piso, el chico tomó impulso con sus manos y rodillas para levantarse de nuevo pero la mano de Jungkook lo empujó con fuerza por el cuello para hacerlo caer, un jadeo lastimero salió de su boca—. Debiste pensar en lo enfadado que yo estaría, en lo mucho que mi omega sufría —tironeó de él hacia un cúmulo de lodo cercano y le quitó la bolsa del rostro solo para lanzarlo de lleno contra el barro y dejar sus facciones temerosas hundidas por unos segundos—. Quítenles las capuchas —pide a los otros que le obedecen sin rechistar. Levantó a Rowoon que tenía el rostro cubierto por la suciedad, el alfa ojiverde jaló su cabello con fuerza para que mostrara su cara miserable ante los otros dos abusadores que se asustaban más a cada segundo—. Van a suplicarme la muerte, pero no soy lo suficientemente bondadoso para dárselas —amenazó.
De nuevo metió al chico al charco de lodo y se regocijó cuando lo vio agitar los brazos para liberarse, lo soltó al poco y suspiró cuando los tres se quedaron sin habla al estar en pánico, le dio una patada en el muslo, sin demasiada fuerza sólo para indicarle que se levantara, Kwan, Rowoon y Siwon se limitaron a caminar cuando los empujaban al interior de aquel lúgubre lugar.
Se horrorizaron aún más al ver toda la suciedad que abundaba en el espacio, ver una mesa llena de herramientas e instrumentos desconocidos, o no, que podrían usarse en sus posteriores torturas. Tantas ideas los inundaban, sus vidas estaban en juego, las palabras de Jungkook no los hacían sentir mejor y estaban asustados, terriblemente asustados por lo que vendría. El pecho de Kwan comenzó a galopar con rapidez y fuerza, mientras Siwon lloraba en silencio y Rowoon trataba de mantenerse en pie luego de ser empapado en lodo, sus ojos ardían y sus fosas nasales estaban obstruidas.
El techo parecía caerse a pedazos, la luz se colaba por los agujeros que se formaban en él, tierra y agua se acumulaban en charcos que oxidan los tubos y metales que sobresalen del piso y las paredes, alguna losetas del piso estaban sueltas y un enorme contenedor industrial se localiza justo al centro de la habitación. Hoseok empujó a Siwon al interior de él, mientras Zico hacia lo mismo con Kwan y Rowoon.
Taehyung tomó asiento en un pedazo de bloque de concreto mientras Yoongi se sentaba a su lado y le mostraba algunas cosas de la mesa con una sonrisa en los labios, Jungkook se acercó al contenedor y cerró la puerta con ayuda de Jung, ambos aseguraron el cerrojo y caminaron hacia los otros.
Siwon sollozaba e hipaba con un sentimiento desgarrador, tenía pánico de lo que fuera a suceder, las frases que el tal Taehyung y los otros dos usaron en el auto no le auguraban un destino favorable, la oscuridad lo ponía aún más nervioso y no podía dejar de llorar.
Kwan movía la pierna causando un chasquido con el piso y Rowoon mordía su labio inferior con fuerza hasta que el ruido insistente lo cansó.
—¡Basta! Deja de hacer eso —el castaño regañó a quien movía el pie—. Vamos a morir y tu estúpida pierna moviéndose no va a salvarnos.
—N-No vamos a morir —dijo Siwon entre moqueos—, ellos... ellos no van a matarnos.
—¿Y cómo lo sabes? —Kwan se mostró molesto, sus ojos cafés apenas se veían a través la oscuridad—. Ese alfa nos va a matar si no pedimos ayuda.
—Uno de los ti-tipos que nos trajo, dijo que no nos matarían pero que lo que nos harían era mucho peor —limpió sus lágrimas.
—¿Qué? —Rowoon jaló sus cabellos con desesperación—. ¿Qué puede ser peor que matarnos?
—No lo sé —el pelinegro se soltó a llorar con más fuerza, sus dos amigos estaban asustados, no saben qué fue lo que Siwon escuchó para encontrarse tan mal pero si él está tan temeroso, ellos también lo estarán—, quiero volver con mi familia.
—¡Mierda! Lo había olvidado —el ojimarrón comenzó a palmear su pantalón y encontró su celular—. Podemos pedir ayuda, llamaré a mis padres —en el instante en que Kwan mostró su celular con la pantalla encendida, todo el lugar se iluminó por completo pero no por la luz artificial del dispositivo, un chirrido de metal resonó, la sonrisa burlona de Jungkook en la puerta dejando que la luz natural se colara y los tres tipos supieron que su esperanza se había ido.
—No voy a quitártelo, vamos... llama —Jeon lo incitó—, también pueden llamar a sus padres, no me interesa porque no serán un obstáculo —agitó su cabeza hacia los otros dos—, ni siquiera responderán —las respiraciones de los abusadores se entrecortaron.
—¿Qué les hiciste? —Rowoon susurró, apenas y podía hablar.
—No quieres saberlo —mintió con destreza—. Jimin lo es todo para mi, ustedes se metieron con mi familia, y yo me metí con la suya —falacias, no eran más que mentiras, nunca se atrevería a involucrar a otra persona que no fueran esos tres, simplemente se encargó de que sus familiares no pudieran tomar llamadas, con distintos motivos pero él realmente de encargó de que todo pareciera real—. Llama si quieres averiguarlo.
La mano temblorosa de Kwan encendió de nuevo el celular, y presionó varias veces la pantalla para luego llevarlo a su oído, nada. Repitió el procedimiento algunas veces hasta que se convenció de que no responderían, las lágrimas bajaban cual cascadas por sus mejillas y sus ojos se dirigieron a Jungkook con incredulidad.
—¡Eres un maldito! —Jungkook rió porque estaba obteniendo lo que quería—. Mi familia era buena, ellos no tenían la culpa.
—Eso debiste pensarlo tú, no yo —dijo firme con los ojos oscuros dirigidos a él—. Tú hiciste sufrir a mi omega y yo te hago sufrir a ti —los hoyuelos aparecieron en sus mejillas—, además tu padre era un desgraciado.
—Eres un idiota —Jungkook seguía sonriendo con burla hacia el pobre imbécil que trataba de ofenderlo—, come mierda, desgraciado.
—Cuida como me hablas —separó las palabras, escupiéndolas con lentitud, miró a Siwon que lloraba silenciosamente, demasiado aterrado para emitir un sonido—. Tu amigo parece lo bastante asustado para cagarse —de nuevo miró fríamente a Kwan—, puedo hacer que quien coma mierda seas tú —el chico frunció el ceño—. Puedo hacer que hagan lo que yo quiera, así que más vale que se comporten —los ojos de todos se aguaron con cobardía—. Tú —señaló a el más llorón de los tres—, ven conmigo.
—N-No —balbuceó.
—No estoy cuestionando —caminó hacia él y lo tomó del cabello para estirarlo hacia afuera del contenedor y cerrar la puerta con fuerza, Zico puso el seguro—. Me haces el trabajo demasiado sencillo, no es divertido —tiró al chico para que cayera de trasero contra el piso, pronto tuvo a los 5 tipos más tenebrosos que había visto rodeándolo, lo miraban desde arriba con ojos enfadados, intimidantes.
—Te gustaba usar la voz alfa, ¿no? —cuestiona Taehyung con la voz profunda, su lobo quería tomar el control de todo pero debía calmarse.
—Fue Rowoon el de la idea, lo juro yo no...
—Lo hiciste, idiota —interrumpió Hoseok—, usaste tu miserable y débil voz con nuestro hermano, lo golpeaste igual que tus amigos.
—Perdón, ya se los dije, perdónenme —cubrió su rostro para sollozar con fuerza—, díganle a Jimin que lo siento mucho, quisiera regresar el tiempo y que nada de eso hubiera pasado —recibió una patada sin fuerza de Zico solo para llamar su atención.
—Por desgracia para ti no puedes hacerlo —el beta se burló—, ahora tú y tu familia estarán en la calle, molestaste a la persona equivocada.
—No le hagan nada a mi familia, ellas no tienen la culpa de nada, yo fui el idiota, nosotros no tenemos nada... Mi madre y mi hermana dependen de mí —todos lo sabían, no mentía.
Jungkook se había tomado el tiempo de investigar, o más bien contratar personas que lo hicieran, a cada uno de esos chicos, a sus familias y tratar de ser lo más justo posible sin dejar a esos chicos sin castigo, pero sin involucrar a sus familiares porque ellos eran los únicos responsables de sus actos. Descubrió que Siwon es el hijo mayor de una omega viuda y que el chico es el responsable de la casa al trabajar y estudiar, Kwan es un completo idiota hijo de un alfa miserable que tiene denuncias por acoso a omegas, tal vez a él si quisiera dañarlo en el camino de su venganza porque podría explicar el comportamiento de su hijo.
Y por último Rowoon, hijo de un matrimonio disfuncional, divorciados y con enlace roto, el alfa es hijo único, los padres no parecen tener influencias negativas sobre él más allá del divorcio, no tenían más culpa que no educar bien a su hijo. Pero después de todo, él es un adulto, joven, pero un adulto que puede hacerse cargo de sus acciones.
—Escucha, sé que tu madre y tu hermana son inocentes, no les hicimos nada —habla Jungkook, con más tranquilidad que nunca durante el día—, pero tú tienes dos opciones, o haces lo que te digo o te obligo a obedecerme.
—Por favor no me maten.
—Sé que a pesar de que fuiste un imbécil con mi omega, no lo eres con tu madre y tu hermana —se acercó más a él—, solo recuerda éste momento y el miedo que sentiste de morir, porque la próxima vez que dañes a un omega, cualquiera, tu temor se convertirá en una realidad —lo tomó por el cuello y lo levantó de un jalón—. Piensa en la forma terrible en que van a vivir tu madre y tu hermana sin ti y en lo miserables que van a hacer.
—Le juro que no va a pasar de nuevo —lloraba y lloraba con dolor, Jungkook le dio un puñetazo certero en la nariz haciéndolo tambalearse.
—Vas a buscar otro lugar para estudiar, me importa una mierda dónde, pero no te quiero cerca de mi omega, vas a largarte de ésta ciudad y vas a asegurarte de cumplir con tu parte de este trato porque no solo estás tú en juego —retrocedió un poco y sus ojos se aclararon cuando su lobo sé relajó—. No bromeo cuando digo que tengo el poder de terminar contigo, lo sabes... ¿no? —el chico asintió con lágrimas en los ojos—. Bien, ahora grita.
—¿Qué...? —cuestionó desconcertado justo antes de que Hoseok le atinara otro puñetazo en la nariz fracturándola, se lo merecía, una nariz rota es lo menos que podía obtener como castigo. Siwon soltó un grito desgarrador y apabullante que resonó en todo el lugar, incluso dentro del contenedor donde Kwan y Rowoon se encontraban asustados al oír a su adolorido compañero. Taehyung se acercó a Siwon y apretó el puente de su nariz, obligando a gritar de nueva cuenta.
—Nadie se mete con Minnie, estúpido —había cólera en su voz, era obvio. Yoongi estiró los cabellos del chico sin demasiada fuerza para zafarse del agarre del pelinegro, solo para darse el gusto de remover su herida el mismo.
—Agradece que es solo una nariz rota —dijo el rubio con burla.
—¡Ya no más! —lloriqueó en voz alta—, se los suplico, por favor —la sangre brotaba de su nariz y sus ojos se cerraban con fuerza por el dolor—. ¡Duele, duele mucho! —gritaba sin saber que sus vociferaciones estaban alterando la ya debilitada valentía de sus dos amigos.
Mientras Siwon seguía sufriendo y alzando la voz con lamentos, dentro del contenedor, Kwan y Rowoon comenzaron a temer por su vida, escuchaban cada uno de sus lastimeras palabras, escuchaba sus sollozos y las vociferaciones que los verdugos liberaban pero no sabían qué era eso tan terrible que le estaban haciendo, ellos desconocían que su tortura era algo tan simple como una fractura de nariz pero sus mentes llevaban la imaginación al extremo al imaginarse eso peor que la muerte que Siwon dijo que les harían, estaban cayendo en el juego que Jungkook y los demás querían que jugaran.
—T-Tenemos que escapar —dijo Kwan con decisión pero la voz quebrada.
—¿Y cómo se supone que haremos eso, idiota? —cuestiona de vuelta—. Estamos encerrados y ellos son mayoría.
—Todo esto es tu culpa, si no te hubieras ensañado con el omega ésto no estaría pasando —cerró los ojos y las lágrimas bajaron—. Mi papá estaría bien, nuestras familias estarían bien.
—Lo merecía —Kwan rió sin gracia.
—No tenía la culpa que tú te enamoraras de un omega chico y te rechazara.
—Como si un omega varón pudiera darse el lujo de rechazar a alguien —escupe con odio—. Los omegas son lo peor de este planeta y deberían estar muertos.
—Pero apesar de eso te enamoraste de uno e hiciste que Jimin pagara las consecuencias —debate con molestia.
—No quieras lavarte las manos, Kwan —entrecierra los ojos—, tú también te reías al molestarlo o golpearlo, no me culpes de todo a mi.
—Pero lo hacía por seguirte el juego y estoy arrepentido —desvió la mirada hacia un pequeño agujero que filtraba un poco de luz en el techo del contenedor.
—¡Yo también lo estoy! —exclamó con desespero—. Pero eso no importa ahora, vamos a morir, vamos a morir —se jaló los cabellos y ambos chicos se estremecieron ante un último grito de Siwon, ensordecedor. La puerta pareció abrirse y la gran figura de Jungkook apareció.
—Tu turno, Kwan —el chico negó y plantó los pies en el suelo—. CAMINA —rugió con molestia y al nombrado no le quedó mayor remedio que obedecer—. Con que tu padre es un acosador, ¿no? —fue lo último que escuchó, pronto los gritos comenzaron a opacar cualquier otro sonido, Rowoon no dejaba de temblar dentro del contenedor, el pánico lo embargaba y no sabía cómo salir de esa situación, su lobo lloraba asustado por la anticipación.
Fuera del contenedor, Jungkook y sus cuatro amigos torturaban de manera no tan cruel a un lloroso Kwan que recibió un simple dedo roto a manos de Taehyung, y una amenaza directa para su padre, ambos deben recomponer el camino o pagarían consecuencias mucho peores, el chico lloriqueó disculpas y promesas de un mejor comportamiento hasta que pronto sus lamentos dejaron de oírse y de nuevo la puerta del contenedor industrial se abrió para que Jungkook invitara a Rowoon a su momento de castigo.
—CAMINA —ordenó en cuanto lo vio, su lobo no podía contenerse mucho con él, Jimin dijo que él fue quien más se ensañaba, quien más miedo le causaba y su lobo no podía dejar de lado las ganas inmensas de matarlo, así que prefirió dejar todo en manos de sus amigos y solo ser un espectador porque no se creía tan fuerte para guardar la compostura.
—¿Dónde están mis amigos? —cuestionó con inocencia haciendo reír al grupo—. ¿Q-Qué les hicieron? —Jungkook solo se encogió de hombros.
—Deberías estar conforme con saber que no los vas a volver a ver y que lo que les pasó fue culpa tuya —dijo el rizado mirándose las uñas de la mano con arrogancia. La verdad es que solo había puesto a los dos chicos en un cuarto demasiado pequeño y alejado para poder molestar a Rowoon. Pronto los golpes comenzaron a caer sobre el chico, uno de cada persona, simple pero efectivo, todos escaseando de fuerza porque preferían un castigo mental que físico, Rowoon recibió un puñetazo en la nariz, uno en el estómago y las costillas y una patada que seguramente le fracturó el tobillo.
Jungkook se encargó de amenazar con voz alfa, amenazante y gruesa, determinada.
—Si vuelves a acercarte a la escuela o si quiera a esta ciudad, vas a estar muerto —sentenció—. Ni tú, ni tu familia va a salvarse porque a mi no me importan las legalidades cuando se trata de mi omega, si vuelvo a verte no voy a ser tan gentil —un castigo tal vez violento para las personas comunes o muy simple para un alfa puro con el poder que Jungkook poder, pero era un castigo efectivo, era seguro que esos tres chicos no iban a acercarse jamás a Jimin, Jeon se encargó de amenazarlos y de cualquier manera, si se atrevían a desafiarlo, se había encargado de "boletinarlos", nadie en su sano juicio iba a contratar, ayudar, educar o siquiera mirar a esos chicos, no cuando saben que no son queridos por la familia Jeon.
—¿Pueden mantenerlos ahí por un rato? Tengo que ir por Jim —cuestionó Jungkook tanteando su saco para sacar su celular—. Si creen que morirán de asfixia entonces sáquenlos, no quiero tres idiotas muertos en mi propiedad —Yoongi rió un poco por el comentario porque el rostro del rizado le indica que solo está siendo bromista al respecto, los tres tipos no podrían ahogarse en ese pequeño cuarto, estaban muy ocupados llorando por sus lesiones. Jeon comenzó a presionar la pantalla de su teléfono y lo llevó a su oído, posterior a tres pitidos la preciosa voz de su omega respondió—. Hola, mi hermoso bebé —Taehyung hizo un gesto de ternura y Zico rió a carcajadas.
—Jefe, no puedes hablar de muertos y luego hablar así de delicado, es contradictorio con tu actitud mafiosa —se burla el chofer.
—Cállate, idiota —dijo cubriendo la bocina y mirándolo con ojos molestos que asustarían a cualquiera, a cualquiera menos a esos cuatro chicos porque bueno, saben que el alfa es una masa de azúcar y brillos incapaz de dañar a nadie, o al menos no a nadie que no lo dañe primero y los tres alfas de ese día, son la prueba—. ¿Estás listo? —escuchó una respuesta y prosiguió—. Bueno iré por ti en un rato por favor come adecuadamente, te amo mucho ángel —colgó la llamada y rodó los ojos hacia sus amigos que lo miraban burlones.
—No puedo creer que seas el mismo que hace un momento amenazó de muerte a un chico —señaló Hoseok.
—Me hacen ver como la peor persona del mundo —Jungkook guardó el celular en su bolsillo y recibió las llaves de mano de Zico.
—Solo estamos bromeando —le dice su empleado—, sabemos que no eres más que un alfa bebé con las mejillas rojitas y el corazón más bonito del mundo —usó una voz aniñada que en conjunto con la descripción confundió a Jungkook, sus mejillas se tiñeron y su ceño se frunció esperando una explicación—. Jimin te describe de esa forma —la sonrisa partió el rostro del alfa puro porque viniendo de su omega todo sonaba precioso y absolutamente enorgullecedor.
—¿De verdad lo hace? —cuestiona inocente haciendo a todos rodar los ojos con diversión.
—Ustedes son tan empalagosos, obviamente son almas gemelas —concluye Yoongi con humor acercándose a Hoseok y rodeándolo por los hombros. Jungkook sonrió aún más, como si escucharlo de otras personas fuera algo nuevo, todos saben que su lobo y el de Jimin son destinados, desde hace tiempo cada persona que los conoce se da cuenta de inmediato que en sus miradas hay un instinto más allá del animal, un instinto de cuidado y protección, de amor y cariño que no solo se adueña de sus lobos, si no de su raciocinio, desde que Jungkook despertó eso es muy bien sabido pero por algún motivo cuando otra persona, sea quien sea, se siente maravillosamente.
—Bueno, iré por mi omega —negó para sacarse del rostro la sonrisa embobada—, volveré como en una hora para terminar esto —era simple, tomar a los tres alfas y dejarlos en las cercanías de un hospital después de advertirles las consecuencias de un nuevo desafío—. Gracias por ayudar.
—Haríamos cualquier cosa por Jim y por ti —Taehyung se encoge de hombros.
—No saben cuánto agradezco que lo quieran y lo cuiden tanto, sé que estará en buenas manos cuando me vaya —recordar que se irá de viaje por tanto tiempo hizo que su garganta se cerrara—. Cuídenlo mucho mientras yo no esté —sonríe nostálgico recibiendo las palmadas que Hoseok dejó en su hombro.
—No tienes ni que pedirlo —el castaño ojimiel le brindó esa linda sonrisa que siempre pone cuando se dirige otros, tan suave y amable que Jungkook de verdad se siente agradecido con él, antes solía molestarse con facilidad cuando de Hoseok se trataba porque Jung suele ser muy protector con Jimin y su lobo simplemente no lo toleraba, pero ahora que está acostumbrado a su presencia, su alfa sede un poco, solo un poco, ante él porque después de todo, confía en que su omega estará a salvo si está a su lado o al lado de los demás chicos que para su alfa se han convertido en una manada.
—Lo agradezco —le devolvió la sonrisa—, pero ahora si me voy porque Jimin me matará si llega tarde al hospital —emprendió camino a la camioneta para abordar y comenzar con el camino de vuelta a la ciudad que no era más de 20 minutos. Su plan fue claro desde el inicio, asustar tanto a esos chicos para que no les quedaran ganas de volver a desafiarlo, sin duda lo logró.
Está feliz de cierta forma; cumplió su palabra, su omega no faltó más de un día a la escuela y podrá recuperar sus deberes con facilidad, qué es lo que el ojiazul esperaba.
Aunque Jimin estuvo tranquilo todo el fin de semana, Jungkook sabe que le preocupaba mucho su situación académica, por ello quiso apresurar aún más las cosas para que su pequeño amor no estuviera preocupado por tanto tiempo. Ahora su chico podrá asistir a la escuela sin preocupaciones, podrá ser feliz estudiando lo que tanto le gusta.
Más pronto que tarde estaba deteniendo el auto en el estacionamiento del edificio, bajó y se alineó un poco la ropa para subir al elevador y entrar a su departamento. Jimin estaba en la cocina terminando su comida cuando la puerta se abrió dejando ver a su hermoso alfa.
—¡Alfa! —saludó contento corriendo hacia él y saltando para que éste lo atrapara en sus brazos pero el omega solo frunció la nariz al abrazarlo—. Iugh, Kook —dijo con una mueca graciosa—, hueles a enfado, y al enfado de Tae y Hobi —Jungkook besó su mejilla y lo alejó un poco para que no percibiera su aroma tan de cerca.
—Lo siento precioso, es que estuve por tu escuela y me enojé un poco, los chicos me acompañaron y pues... ya sabes, también se molestaron.
—Oh... —agachó la cabeza con pesar—, ¿pudiste solucionar algo?
—Lo solucioné todo —los ojitos azules le miraron encantados con una sonrisa gigantesca—, mañana podrás volver a la escuela, enviarán una nueva directora y por tus compañeros estúpidos no tienes de qué preocuparte, no volverás a verlos.
—¿Cómo lo hiciste, Kook? —cuestiona con sorpresa abrazando de nuevo el torso del alfa, sin interés alguno en el mal olor que su alfa desprendía—, y tan rápido.
—He dicho que soy capaz de todo por ti, mi hermoso angelito —besó su coronilla y lo rodeó en un abrazo, pronto el aroma negativo se fue, transformándose en el precioso aroma de la vainilla y el café con toques de alegría pintándolo, Jungkook aspiraba profundo de los cabellos castaños, embriagándose con la fragancia natural combinada con la manzana verde de su shampoo—. Mañana volverás a clases y serás feliz, si algo se presenta me lo dirás y lo solucionaré, ¿si? —el omega asintió feliz.
—Kook... —llamó desde su abrazo—. ¿Dónde están Rowoon y los chicos? ¿Por qué no volveré a verlos? —formaba círculos con el dedo índice sobre el pectoral de Jungkook.
—Se irán de la ciudad —dice simple y casi pudo sentir la duda en el aire, conoce a su pequeño omega y sabe que es muy curioso y sobre todo un ángel hecho persona, claramente se va a preocupar por otros, sea quien sea.
—¿Dónde vivirán? ¿Dónde estudiarán? —salió del abrazo y miró a los ojos verdes con incertidumbre—. Aún no nos graduados, perderán su ciclo y...
—Cachorro, ellos te hacían miserable, deja de cuestionarte cosas sobre sí tendrán un buen futuro, no lo merecen.
—Pero...
—Pero nada, mi amor —acunó su rostro y besó su nariz con ternura—. Las personas malas merecen cosas malas, y definitivamente ellos merecen algo mucho peor que el castigo que les di, así que por favor deja de ser tan lindo con todos cuando no merecen nada de ti —besó sus labios castamente, saboreando la preciosa sensación de su estómago.
—Está bien —sonrió un poco, su omega dijo que Jungkook tiene razón, debe dejar de ser noble con aquellos que solo tienen maldad, dejará de preocuparse por otros que no se han preocupado por él y vivirá la vida con la felicidad que Jungkook, su familia y su profesión le brindan de ahora en adelante
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Era miércoles por la tarde y Jimin no podía sentirse más contento, todo estaba marchando tal y como Jungkook se lo prometió, en la escuela todo pintaba de manera ideal, sus clases dejaron de ser temidas y podía caminar con total confianza por los pasillos, aunque su mente a veces quiere una explicación para la desaparición de sus tres agresores, sabe que Jungkook sería incapaz de algo malo, confía en él y sabe que esos tres chicos no volverán a dañarlo de ninguna forma.
La nueva directora parecía mucho más amable pero eso se determinará con el tiempo, aunque el hecho de que sea una beta la hace más accesible a cada uno de las castas y no solo a los alfas; El anterior director tenía muchos defectos pero tenía uno mucho más importante, que supera al resto, su casta lo hacía sentirse poderoso y ayudaba a los alfas de la institución a sentirse igual, no intervenía en asuntos, ni ayudaba a nadie que no fuera un alfa, pero la señora Cha parece mucho más apta para el trabajo en una institución educativa, Jimin confía en que sea así.
Por otra parte está nervioso, demasiado, porque la cirugía de su pequeña hermana está demasiado cerca y aunque tiene muy buenas expectativas que Yoongi le ha creado, no puede evitar temer del resultado.
Shinhye es su hermana, su mejor amiga y básicamente es su paciente, la forma en que Jimin se ha encargado de ella a lo largo de los años, ayudando a su mamá para cuidarla incluso antes del accidente, y el hecho de que ella acuda a él cuando cree tener un problema solo hacen que su preocupación sea mayor por Hye, es un omega, no puede evitar que el instinto materno y protector salga a la superficie con todos los que lo rodean sobre todo si se trata de su familia.
Por eso es que después de que Zico lo dejara en el hospital se dirigió directamente a la oficina de Chaeyon, su jefa. Tenía unos 20 minutos antes de que su turno comenzara oficialmente así que quiere charlar con ella sobre la posibilidad de solicitar un permiso para ausentarse el día jueves, cuando la cirugía se llevará a cabo.
—¡Hola, Chae! —saluda sonriente.
—Buena tarde, Jim —le sonríe de vuelta con la alegría que siempre ha caracterizado a la beta, continuó tecleando en la computadora con énfasis.
—Quería hablar contigo para saber si puedo ausentarme mañana —la castaña hizo una mueca que Jimin de inmediato interpretó como una negativa penosa, así que continuó con un tono más apagado—, es la cirugía de mi hermanita y me gustaría estar con mi familia.
—De verdad quisiera aceptar, Jim —su boca se torció en un puchero triste—, pero estamos algo justos de personal, y aún no haces las horas pendientes de tu incapacidad por la cirugía.
—¿No hay alguna forma? De verdad esto es muy importante.
—Lo sé, cariño —la beta pareció pensarse un poco y tecleó algunas cosas en su computadora—, no hay nada por hacer, si faltas de nuevo eso afectaría la certificación de tus prácticas, lo lamento mucho —Jimin asintió con pesar—, pero trataré de solucionarlo, lo prometo.
—Descuida —se encoge de hombros con pesar—, cuando no es posible, no es posible, primero la responsabilidad —la verdad es que no creía ni un poco sus palabras, para él siempre va a estar primero su familia pero no iba a demostrar sus lamentaciones frente a otros. El omega se puso de pie y sonrió a medias hacia su jefa—. Te veré después, en un rato comienza mi turno y debo prepararme.
—Hasta luego, Jim —lo despidió con la mano y el ojiazul se sentía realmente triste por no poder estar para su hermana, quería un abrazo y echarse a llorar, detesta ser tan sensible, sobre todo ahora, solo le negaron una cosa y ya tiene unas inmensas ganas de llorar.
Caminó automáticamente hacia la sala de descanso para tomar su teléfono y llamar a la única persona con la que podría ser un completo mar de lágrimas sin sentirse un bobo, un pitido después escuchó como la bocina era descolgada y permitió que el sentimiento amargo se agrupara en todo su pecho. Estaba a solas con su alfa y podía estar triste si lo quería.
—Kook —Jungkook escuchó la voz triste a través de la llamada y su corazón se detuvo por un segundo al notar a su chico triste, lo sentía desde poco antes por su puesto, era sutil, pero en cuanto descolgó el aparato toda esa tristeza se intensificó en su pecho.
—¿Qué sucede, cachorro? ¿Me necesitas? Estoy yendo ahora mismo —dijo apresurado mientras tomaba su saco de la parte trasera de su silla. Había estado revisando algunos papeles en su oficina la mayor parte de la mañana pero por supuesto dejaría todo eso para acudir a su omega.
—No, es solo... —escuchó el hipido que tanto lastima a su lobo—, mañana es la cirugía de Hye.
—Eso lo sé, cielo —frunció el ceño al no entender el punto de la situación—. Mi vida, estás preocupándome, dime qué pasa.
—Es que yo siempre estoy con ella apoyándola cuando están a punto de llevarla a quirófano y siempre estoy cuando despierta, m-mis papás y yo lo hacemos y... —escuchó su voz romperse.
—Angelito, calma... háblame.
—Chaeyon dice que no puedo faltar porque eso afectará la liberación de mis prácticas —el nombre le sonó vagamente conocido al alfa hasta que recordó que era la jefa de enfermeros y su mente se iluminó con que esa era una muy mala noticia para su chico.
—¿No hay forma de que hagas horas después? —cuestiona colocando el teléfono entre su oído y su hombro para comenzar a colocarse el saco.
—N-No p-porque ya debo las horas de la semana que me dieron libre por la cirugía de m-mi apendicitis —escuchó otro hipido—. Shinhye va a molestarse conmigo, alfa.
—Ella nunca se enfadaría contigo, mi amor.
—No voy a estar ahí, no voy a saber de su estado, no voy a poder estar con mis padres y...
—Lo comprenderán, los tres lo harán, estarás muy cerca, a unos cuantos pisos de distancia —trata de calmarlo con palabras aunque su lobo aúlla adolorido por la desesperación de abrazar y consolar a su omega con su aroma y sus mimos—. Yo estaré ahí y lo sentirás, si algo va mal, que no sucederá, tú sentirás lo que yo, estarás ahí, pequeño.
—¿De verdad estarás? ¿Los acompañarás? —cuestiona controlando su llanto.
—Por supuesto que lo haré, precioso —sonrió un poco por la inocente pregunta—. Eres mi omega, mi familia y ellos lo son también, debo y quiero acompañarlos, si te dejaran faltar lo haría de igual forma, ¿quién crees que soy? Nunca podría dejarte solo.
—P-Pero... —suspiró porque su llanto no lo dejaba continuar, quería calmarse—. ¿Lo prometes? ¿Estarás todo el tiempo ahí y me dirás lo que pase? —su voz era ligeramente más aguda por el sentimiento, el llanto cerraba su garganta y las lágrimas bajaban por sus mejillas.
—Claro que lo prometo, amor —asintió para sí mismo ya que el otro no lo veía—, te informaré de todo, te buscaré hasta cuidados intensivos y te diré todo lo que pase en cuanto pase si así lo quieres, estarás ahí, ya te lo dije.
—Gracias —habló con un poco de tranquilidad—, te amo.
—Y yo a ti, Jim... demasiado —de nuevo otro suspiro triste salió de la boca del menor—. Vamos bebé, tienes que animarte, en muy poco comienza tu turno y tienes que ser el precioso y sonriente enfermero de siempre para contagiar a tus pacientes de esa alegría.
—¿Puedes decirme cosas lindas antes de irme a trabajar? —pide aún sabiendo que su tiempo para llamar es limitado, no puede colgar sin escuchar a su alfa mimarlo un poco, su omega se lo exige, quiere el confort de un abrazo de Jungkook aunque sea en palabras.
—¡Oh, mi precioso cachorrito! —hace un puchero tierno que Jimin se imagina a la perfección—. No hay palabras lindas que yo pueda decir y que representen lo mucho que siento por ti, así que no me pidas halagos cuando tú eres lo más hermoso que tengo y no puedo figurarte con palabras, eres mi vida entera y voy a estar para apoyarte en cada situación difícil que atravesamos, nos hacemos fuertes, bebé. Somos una pareja, una familia para apoyarnos a cada momento, te diré las palabras más lindas del mundo cuando me lo pidas y cuando no lo esperes, pero mereces mucho más que mimos verbales, mereces el cielo mismo en la palma de tu mano y te juro, mi amor, te juro que cada día hago el esfuerzo para lograr ponerlo a tu alcance para agradecer lo feliz que me haces y ni siquiera eso sería suficiente para pagarte, soy tan débil ante ti pero a la vez, me siento la persona más fuerte del planeta cuando te tengo a mi lado, solo espero hacerte sentir igual.
—Lo haces, Kook —sonrió un poco con los ojos brillantes por las lágrimas acumuladas pero esta vez por el sentimiento reconfortante que Jungkook provocó.
Este tiempo a su lado, le ha enseñado que Jungkook es como el equinoccio de primavera; las flores están marchitas y los animales no cantan contentos hasta que el sol incide directamente con el ecuador marcando así el comienzo de una nueva estación. Jungkook es su equinoccio personal, llegó a su vida para marcar un antes y un después que sin duda hace que su alegría florezca y su corazón lata contento al escucharlo. Jungkook lo hace feliz de todas las formas posibles, irremediablemente lo necesita para seguir sonriendo porque el alfa es su motivo principal de alegrías.
—Gracias por ser mi todo.
—Gracias a ti por ser el mío, amor —sonrió—. Te veré en unas horas para comer, por favor ya no estés triste porque sabes que todo se solucionará y aunque no lo haga siempre vas a tenerme a mí como un apoyo, cuando algo vaya mal yo voy a estar ahí para abrazarte, lo prometo.
—Lo sé, te amo mucho, Kook... te veré en unas horas.
—Te amo mucho más, nos vemos, bebé —la llamada colgó y Jimin se sentía mucho más tranquilo para comenzar su turno de trabajo, ahora tenía una opción para solucionar su problema, será difícil enfrentar a Shinhye y decirle que no va a estar con ella físicamente antes de que ingrese al quirófano pero sabe que su hermana va a comprender, ahora solo queda esperar el día y confiar en que todo va a salir tan bien como Yoongi lo ha dicho.
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